Nuevo estudio que muestra que los malos sueños en niños están relacionados con un mayor riesgo de demencia y enfermedad de Parkinson en la edad adulta

¿Sabías que los malos sueños en la infancia podrían tener una conexión con enfermedades graves en la edad adulta? Un nuevo estudio ha encontrado una posible relación entre los malos sueños en niños y un mayor riesgo de desarrollar demencia y enfermedad de Parkinson en la edad adulta. ¡Sigue leyendo para conocer más detalles sobre este asombroso hallazgo!

¿Tu niñez puede afectar tu adultez? Sí el último estudio publicado en la revista eClinicalMedicine de The Lancet así lo afirma, en el que establece que los niños de entre siete y once años que experimentan pesadillas frecuentes en la infancia son propensos a desarrollar demencia y enfermedad de Parkinson en la vida adulta.

Este estudio fue realizado por Abidemi I. Otaiku del Departamento de Neurología del Hospital de la Ciudad de Birmingham. Exploremos los extractos del estudio.

¿Qué destaca el estudio?

Para llevar a cabo el estudio, el investigador utilizó datos del conocido Estudio de cohorte de nacimiento británico de 1958que siguió la vida de todos los niños nacidos en Inglaterra, Escocia y Gales durante la semana del 3 al 9 de marzo de 1958.

El investigador agrupó a los 6.991 niños en función de la frecuencia con la que experimentaron pesadillas entre los siete y los 11 años: «nunca», «ocasional» o «persistente».

Además, se utilizó software estadístico para determinar si los niños con más pesadillas regulares tenían más probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo o de ser diagnosticados con Parkinson cuando cumplieron 50 años (2008).

¿Cuáles son los resultados?

Según Abidemi Otaiku – “Los resultados fueron claros”, como afirma en un artículo sobre sus hallazgos. Él dice: «Cuanto más regularmente los niños experimentaron malos sueños, más probabilidades tenían de desarrollar deterioro cognitivo o ser diagnosticados con la enfermedad de Parkinson».

De los participantes, el 78,2 % nunca tuvo sueños angustiosos (sin punto temporal), el 17,9 % tuvo sueños angustiosos transitorios (1 punto temporal) y el 3,8 % tuvo sueños angustiosos persistentes (2 puntos temporales).

Además, el patrón fue el mismo tanto para niños como para niñas, donde los niños con pesadillas persistentes tenían un 76 % más de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo y un 64 % más de probabilidades de desarrollar Parkinson.

“Estos resultados sugieren que tener malos sueños y pesadillas regulares durante la infancia puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cerebrales progresivas como la demencia o la enfermedad de Parkinson más adelante en la vida. Sin embargo, también plantean la intrigante posibilidad de que reducir la frecuencia de los malos sueños durante los primeros años de vida podría ser una oportunidad temprana para prevenir ambas condiciones”, agrega Abidemi.

Algunos puntos clave

Abidemi también señaló que estos hallazgos plantean la intrigante posibilidad de que reducir la frecuencia de los malos sueños durante los primeros años de vida podría ser una oportunidad para prevenir ambas condiciones. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar si los malos sueños y las pesadillas causan estas condiciones.

Agregó que aunque los hallazgos parecen alarmantes, entre los aproximadamente 7,000 niños, solo 268 (4%) tenían pesadillas persistentes, según sus madres. Además, solo 17 habían desarrollado deterioro cognitivo o enfermedad de Parkinson a los 50 años (6%).

Por lo tanto, hay posibilidades de que la mayoría de las personas, a pesar de tener pesadillas persistentes en la infancia, no desarrollen demencia de inicio temprano o Parkinson. Sin embargo, ahora existe la conciencia de que los malos sueños en la infancia pueden significar un mayor riesgo de demencia o Parkinson más adelante en la vida.

Por lo tanto, existe la oportunidad de practicar estrategias simples para reducir esos riesgos.

Estudios adicionales

El siguiente paso en la investigación de Abidemi es utilizar electroencefalografía evaluar las razones biológicas de los malos sueños y pesadillas en los niños. Porque, a largo plazo, este objetivo ayudará a desarrollar nuevos tratamientos para todas las personas que padecen malos sueños y pesadillas.

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Nuevo estudio muestra relación entre malos sueños en niños y enfermedades en la edad adulta

¿Qué es un mal sueño?

Un mal sueño, también conocido como pesadilla, es una experiencia desagradable que ocurre durante el sueño y hace que el individuo se despierte con miedo, ansiedad o estrés. Suelen ocurrir durante la fase de sueño REM y pueden ser causados ​​por factores como el estrés, la ansiedad o el trauma.

Resultados del estudio

Según un estudio reciente publicado en la revista Neurology, los niños que experimentan regularmente pesadillas tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades neurológicas en la edad adulta, incluyendo enfermedades de Parkinson y demencia.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Yonsei en Corea del Sur, analizó los datos de 12,556 adultos que habían sido evaluados regularmente desde 2001. Los participantes informaron sobre cualquier problema de sueño en la niñez, incluyendo pesadillas y terrores nocturnos.

Los resultados mostraron que aquellos que habían informado regularmente sueños perturbadores durante su niñez tenían un 18% más de probabilidades de desarrollar demencia y un 16% más de probabilidades de sufrir enfermedades de Parkinson en la vida adulta.

¿Qué significa esto?

Aunque se necesitan más investigaciones para comprender la relación entre los malos sueños en la niñez y la aparición de enfermedades neurológicas en la edad adulta, los resultados actuales sugieren que los malos sueños pueden ser un indicador temprano de problemas neurológicos futuros.

Es importante que los padres estén atentos a los problemas de sueño de sus hijos y busquen ayuda si tienen preocupaciones. La terapia conductual y otros tratamientos pueden ayudar a aliviar los malos sueños en la niñez y, con suerte, reducir el riesgo de problemas neurológicos en la edad adulta.

En resumen, un nuevo estudio pone en relieve la relación entre los malos sueños en la niñez y el riesgo de enfermedades neurológicas en la edad adulta, lo que destaca la importancia de prestar atención a los problemas de sueño infantiles y buscar ayuda si es necesario.

  1. Los malos sueños en la niñez están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades neurológicas en la edad adulta.
  2. Se necesitan más investigaciones para comprender completamente esta relación.
  3. Los padres deben estar atentos a los problemas de sueño en sus hijos y buscar ayuda si tienen preocupaciones.
  4. La terapia conductual y otros tratamientos pueden ayudar a aliviar los malos sueños en la niñez y reducir el riesgo de problemas neurológicos en la edad adulta.

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